Los misioneros son mensajeros de fe, conscientes de que Cristo hoy más que nunca necesita de apóstoles convencidos, de evangelizadores que quieran ponerse sin reservas a disposición de esta gran misión redentora a la que todos los cristianos estamos llamados. Asumen la gran responsabilidad de no permanecer indiferentes o pasivos ante las necesidades del mundo y de la Iglesia, buscan instaurar el Reino de Dios, un mundo donde reine el amor.